
Hace poco se celebro el décimo aniversario de 506
Tattoo,
así que recordé aquel primer curso de fotografía en el Centro de Cine, y mi
asignación final, un foto-reportaje cuyo tema
debía ser "Un
día en la vida de". Aunque
todavía no afilaba bien el sentido del encuadre y la cantidad de luz, tuve la gran ventaja de contar con la total confianza y naturalidad de mi sujeto a retratar, pues como da la casualidad de que yo fui el primer "
shop boy" en el estudio, ya todo el mundo estaba acostumbrado a mi engorrosa presencia.

Desde las paredes internas, los
rótulos de afuera, las
tuberías, la
instalación eléctrica, los muebles, el cielo raso; todo fue hecho "D.I.Y." pues como todo mundo sabe, el
patinetismo enseña a sus devotos entusiastas muchas y variadas habilidades practicas,
así como pericia extrema en el uso de todo tipo de herramientas y materias primas. Por
ahí sale
Kela, un colega de
Hiram.
All tipers go to heaven. Ojo el
caller ID externo y el aparato de luz azul para detectar billetes falsos, y el
teléfono es el mismo que usan
todavía.

En ese tiempo Cortes
todavía esterilizaba personalmente.

"El Jefe" dibujando la idea
algún cliente.
Nina buscando ideas para alguna nueva
perforación corporal.

Si, si duele, y bastante, pero el dolor pasa y la marca queda como
símbolo de crecimiento. Esto es
así desde que el hombre tiene conciencia.

Desde entonces Cortes hacia toda clase de experimentos culinarios de tipo vegetariano, pero fue hasta hace poco que
empezó a estudiar cocina en serio. Por cierto, en un estudio de
tattoos es prohibido ingresar con alimentos, pero arriba en el
mezanini secreto se permiten todo tipo de licencias.

Y el
día termina a las 7
pm, hora de relajarse y empezar a pensar en la caminada hasta el bar La Flota.